HIPOLITO
YRIGOYEN
Se cumple el 79 aniversario
del fallecimiento de Hipólito Yrigoyen.
En este sentido, queremos recordar su
política exterior soberana, la cual,
no hacía más que dignificar a la Nación Argentina ante el mundo.
Al finalizar la primera guerra mundial las potencias triunfantes se
reúnen en Versalles, con el fin de redactar el tratado de paz con las potencias
vencidas, y especialmente intentado perjudicar a Alemania. Es bien conocido que la República Argentina
durante la guerra, y más allá de la presiones de los intereses económicos
internacionales, y de la oligarquía local mantuvo una política de
"neutralidad activa", en el convencimiento de que la violencia no es
el método ideal para dirimir cuestiones entre los pueblos, ni entre las personas.
Este aspecto filosófico se enmarca en el pensamiento yrigoyenista de
matriz Krausista, que establece un
"sistema universal" basado en un
"racionalismo armónico" que alcance a todos los pueblos de la
tierra. Esta misma doctrina filosófica Krausista, es la que afirma que el
"conflicto es una relación anormal. En tal sentido, Hipólito Yrigoyen
antepone al conflicto principios y valores tales como "la paz" y la
armonía, que marcan el comienzo de una relación racional entre las naciones.
Al finalizar la primera guerra mundial, a iniciativa del Presidente de
los Estados Unidos Wilson, se comienzan a desarrollar una serie de reuniones
paralelamente a las reuniones de Versalles, con el fin de organizar la
"Sociedad de las Naciones". En esa oportunidad, y a solicitud de la
República Argentina, una comisión designada por el gobierno argentino participa
de las deliberaciones con el fin colaborar con la constitución de esta nueva
institución de alcance internacional.
La Argentina estaba representada
por su Ministro de Relaciones Exteriores el Dr. Honorio Pueyrredón, y Marcelo T
de Alvear, quién era Embajador en Francia. Estos fueron depositarios de la
"Posición Argentina" ante la asamblea constitutiva. En tal sentido,
en un banquete que el ministro de RREE de Bélgica ofrecía al Ministro de RREE
Honorio Pueyrredón, este afirmaba: "la
política internacional del egoísmo, del aislamiento, ha de ser sustituido por
la política del altruismo que acerca a los pueblos más distantes, porque la
cooperación entre las naciones es indispensable, y sin ella es simple ficción
el internacionalismo. La civilización al vincular a los pueblos, hace a todos
concurrir a la obra humana; no hay así ni grandes, ni pequeños, unos y otros
son factores eficientes e indispensables. Por eso, la aspiración de unir a las
naciones en una asociación inconmovible, como tribunal supremo de justicia, no
es una concepción utópica, es una inmediata realidad factible, y de una sabia
constitución depende la estabilidad soberana de los Estados y el bienestar
interno de los pueblos...".
La Política Argentina resultó clara y terminante. Y bajo estos términos
debía fundarse la paz y la estabilidad
mundial, así se otorgaba a la democracia un sentido social, reuniendo de esta
manera, las aspiraciones de un tercer
mundo con sus reclamos a nivel internacional.
Hipólito Yrigoyen había aceptado participar de las deliberaciones en un
marco de IGUALDAD de las naciones del mundo, sin distinciones entre potencias
triunfantes de una reciente guerra y las otras, vencidas o neutrales, donde
rija el principio universal de igualdad entre de los Estados, propiciando el diálogo como
mecanismo de resolución de los problemas internacionales. Propiciando una paz
fraterna entre las naciones del mundo.
Pero los países centrales que propiciaban la fundación de la Sociedad de las Naciones, perseguían otros
objetivos. Hipólito Yrigoyen ordena el retiro de la delegación argentina, en
diciembre de 1920 y se argumenta: " La
IGUALDAD entre las naciones concurrentes
es condición indispensable para el funcionamiento, afirmó Pueyrredón para
justificar la permanencia de la delegación argentina en Ginebra, de acuerdo con
la independencia que ninguna puede declinar, sin abdicar del cumplimiento que
la misión que les corresponde en los
destinos de la humanidad, la Nación Argentina es parte del mundo, nacida a la
existencia con tan justos títulos como
cada una de las demás, no esta con nadie o contra nadie sino con todas para
bien de todas" .
Las políticas Soberanas, han sido a través de la historia del
radicalismo una constante, si bien es cierto que el mundo ha cambiado y es
interdependiente, igualmente resulta
prioritario respetar esta tradición
yrigoyenista, recuperando el rol del Estado ante la ofensiva del modelo
neoliberal, y estableciendo una "política soberana" ante un mundo que
vuelve a discriminar como en 1920, esta vez, entre poderosos y pobres. En este
sentido, siguiendo el pensamiento de Hipólito Yrigoyen, debemos recuperar la
dignidad como Nación, y el respeto del principio
indeclinable de igualdad entre los pueblos del mundo.
Prof. César Arrondo
Cátedra Libre Hipólito Yrigoyen
Universidad
Nacional de La Plata